miércoles, 10 de junio de 2015



Por que aparecen los calambres?
Estamos caminando y, de repente, un “tirón” no nos deja continuar. Mientras dormimos, nos despertamos por un “latigazo” en la pierna. Los calambres son contracciones musculares involuntarias que pueden deberse a diferentes motivos. Lo bueno es que existen remedios o técnicas para que no modifiquen tu vida cotidiana y, sobre todo, no te duelan. Aprende de los calambres: qué, por qué, cómo y mucho más, te lo mostramos a continuación.


Son muchas las causas por las cuales una persona puede sufrir un calambre que, como decíamos antes, es un movimiento del músculo que no podemos controlar. Las más frecuentes son:
  • Pérdida en exceso de líquidos o sales minerales en ese miembro.
  • Falta de irrigación sanguínea en la zona por insuficiencia de oxígeno.
  • Esfuerzos prolongados.
  • Acumulación de ácido láctico (frecuente en los deportistas).
  • Movimientos bruscos, repentinos o fuertes con los músculos en frío.
  • Contacto con agua fría de forma brusca.
  • Alcoholismo.
  • Sobrepeso.
  • Ingesta de ciertos medicamentos.
  • Insuficiencia renal.
  • Fatiga muscular.
  • Embarazo.
  • Problemas metabólicos.
  • Deficiencias en los niveles de calcio y magnesio en el cuerpo.
  • Falta de vitaminas.
  • Postura inadecuada al dormir.
  • Posición incorrecta para trabajar o estudiar.
  • Tensión emocional o ansiedad.
  • Poco movimiento de los músculos.
En el caso de un calambre estomacal, aparece porque la sangre se “va” directa a esa zona para poder hacer la digestión. Si en vez de quedarnos tranquilos empezamos a andar de aquí para allá, hacemos deporte o nos metemos en la piscina, el estómago se resentirá y, como consecuencia, causará esos espasmos.
Otro de los lugares críticos para los calambres son las manos y las muñecas, debido a problemas en la circulación de la sangre o al llamado “síndrome del túnel carpiano” o “mal de la secretaria” que afecta a las personas que usan demasiado el teclado o el ratón.
La zona típica donde aparecen los calambres son las piernas y en ese caso se deben a todas las causas nombradas anteriormente.
Los síntomas de los calambres son dos, muy bien diferenciados. El primero es dolor local en el área afectada y el segundo es una sensación de “tirón” o “latigazo”, que posteriormente se convierte en hormigueo.


En el momento en que estamos sufriendo un calambre, lo mejor que podemos hacer es estirar de a poco el área afectada para aliviar el dolor y relajar el músculo acalambrado.
Si se te acalambran mucho las piernas, cada vez que llegues a casa elévalas con un cojín o apoyándolas en la pared. También puedes dormir con varios cojines a la altura de los talones, aplicar agua calienta o la almohadilla eléctrica, etc, OJO!! No soy muy partidaria de aplicar calor en las piernas pero en algunos casos es calma el dolor.
Y para ayudar a remediar estas dolencias es conveniente comer alimentos ricos en calcio como las naranjas, las almendras, el brócoli, los vegetales de hoja verde, la leche de soja o los lácteos, y otros que te aporten mucho magnesio como, por ejemplo, las nueces, los cereales integrales, el cacao, las judías, las algas y la harina de soja. Come un plátano al día y no dejes de lado la hidratación, ya que nuestro cuerpo esta formado en gran parte de agua.
Si lo tomáis como una rutina, evitareis muchas molestias para vuestro organismo.

lunes, 8 de junio de 2015












POR QUE DEBEMOS EXFOLIAR NUESTRA PIEL?



En muchas ocasiones hemos hablado de la importancia de la exfoliación de la piel para eliminar células muertas y tener la piel más suave y saneada. Y muchas veces hemos oído también que hay que exfoliar bien la piel al inicio del verano pero que luego es mejor no hacerlo para no “eliminar” el tono bronceado… pues bien, esto no es exactamente así, y hoy vamos a descubrir por qué hay que exfoliar la piel también en verano.
Exfoliar la piel tiene como objetivo principal eliminar las células muertas que se acumulan en la capa superficial de la piel aunque a simple vista no las veamos. Y es que el ciclo de renovación celular de la piel es de aproximadamente 28 días (se ralentiza con el paso de los años así que a medida que cumplimos años, tardamos más tiempo en renovar las células y eso hace que la piel aparezca más envejecida, más reseca y más apagada) por lo que es conveniente exfoliarla a menudo para eliminar esas células muertas que si no se eliminan, hacen que la piel aparezca más apagada y a la vez más sucia. Por tanto, exfoliar la piel nos ayuda a tenerla más limpia, más suave, con un tono más homogéneo y más preparada para recibir cualquier tipo de tratamiento (desde la crema hidratante de rostro o de cuerpo hasta tratamientos específicos como sérums, mascarillas, etc)
En verano concretamente, debemos exfoliarnos la piel al inicio de la temporada, no hay duda, para tener la piel más preparada cuando empecemos a tomar el sol o si vamos a usar autobronceadores. Pero además, a medida que pasa el verano también debemos exfoliarnos, para ayudar a eliminar la piel muerta que pueda haber quedado después de alguna quemadura indeseada por ejemplo y también para eliminar bien los restos de cloro o sal que van quedando en la piel después de cada baño y que resecan la piel. Ten en cuenta que si la piel no está limpia y uniforme, es probable que te broncees a capas!